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¿Cómo saber si mi colaborador trabaja más por miedo que por compromiso?

En un mundo tan competitivo, lo que menos desean los empleadores es que sus colaboradores cometan errores. En ese sentido, se puede determinar que una consecuencia de tratar de estar siempre un paso adelante de la competencia, es que los trabajadores desarrollen temor a no cumplir con las metas asignadas.

Liderar utilizando el pánico forma parte de prácticas laborales del pasado, todavía existen superiores que apelan incluso a la integridad emocional de los empleados para exigir el máximo desempeño. Generalmente, en estos casos, los resultados, solo se pueden obtener a corto plazo, porque resulta insostenible mantener a este estilo de liderazgo en periodos más largo.

“Cuando uno trabaja feliz, el enfoque de la energía es tan alto, que los niveles de productividad se incrementa. Pero, si se labora con miedo, esa misma energía se desenfoca, generando un entorno más lento y pesado”, afirma Fernando Gil Sanllehi. gerente general de Jamming, Escuela de Coaching y Desarrollo Organizacional. Para este experto, el líder de un equipo de trabajo debe tomar en cuenta el comportamiento de cada integrante, para descubrir la forma de potenciar sus habilidades.

Según Gil, la mejor manera de desarrollar este potencial es identificar primero si el empleado trabaja por compromiso o temor. Estas son seis señales que determinan si un colaborador trabaja con miedo:

1.- Está a la defensiva cada vez que se le solicita una labor.

2.- No tiene buenas relaciones con otros empleados de su área.

3.- No participa en reuniones o eventos de integración.

4.- Sus plazos de entrega se extienden y su productividad disminuye.

5.- Se comporta como una persona introvertida y nerviosa.

6.- Se disculpa en exceso, incluso cuando tiene la razón.

¿Cómo revertir este problema? Según Selenee Sánchez, Gerente de Link Consulting, Headhunter de Mando Medio, el miedo puede revertirse instaurando una cultura de trabajo en equipo, de aprendizaje constante, que implique el cometer errores y aprender de ellos, con el apoyo de líderes cercanos y comprometidos con el desarrollo profesional de sus trabajadores.

Para Sánchez, el liderazgo desde el miedo resulta sencillo de ejercer, mientras que ganarse el respeto de la gente exige un ejercicio de largo aliento, sobre todo si se busca una orientación al éxito.

Los expertos apuntan a que las nuevas generaciones de ejecutivos están preparadas para asumir estos retos, conscientes de que los verdades líderes motivan, sin ejercer su poder o manipular al equipo desde la jerarquía.